Estefania
Para alguien, tengo algo de la Maga de Cortázar, un buen detalle de Rebeca Buendía de Gabo o absolutamente la mariposa traicionera de Maná. Para otros, soy la inocencia y conciencia del Principito de Exupéry, la humildad y sencillez de Los niños del cielo, pero, sobre todo, me fascina estar al lado del camino, fumando el humo mientras todo pasa, como Páez.
Así fue
Descalza: pisé por primera vez la tierra, recorrí sus selvas, trepé sus árboles, sentí sus aguas.
Aprendí: con su gente, a respetar su naturaleza, a valerme por sí misma, a amar y ser amada.
Con su lengua: dije mamá, mamita, papito, hermanito. Dije Colombia tierra querida.